Creemos en
artesanía
En Mano Mano, nuestros artesanos son el corazón de nuestro trabajo. Muchos aprendieron su oficio de sus madres y abuelas, transmitiendo sus habilidades de generación en generación. En tiempos de moda rápida, preferimos compartir una historia —una de cuidado, tradición y manos trabajando— y asegurarnos de que el dinero se invierte donde realmente debe. Creemos que algo hecho a mano, con amor, lleva un alma que ninguna cosa industrial puede igualar.
las telas
Mi amiga Mariana, la artista detrás de Casa Almacén, posee un extraordinario sentido espiritual del color, intuitivo y emotivo. Junto con su equipo, crea pantallas pintadas a mano provenientes de todos los rincones del mundo, dando vida a cada tela. Casa Almacén es uno de los últimos lugares de Argentina donde aún se elaboran telas con un toque artesanal, un legado excepcional en una época en la que tantas grandes casas han desaparecido.
la costurera
Nuestras costureras poseen la sabiduría silenciosa de generaciones: habilidades transmitidas de madres y abuelas. En Buenos Aires, trabajan en sus propios talleres, cada una con su propia historia. Nos encanta saber que el dinero va directo a sus manos. Con un guiño a Evita, quien una vez puso máquinas de coser en manos de mujeres, creemos que la artesanía no solo aporta belleza, sino también dignidad, independencia y orgullo. Es un trabajo que eleva, ofreciendo no solo ingresos, sino también crecimiento en confianza y estatus social.
los bordadores
Hay algo sutilmente poderoso en la aguja y el hilo. Las mujeres que bordan nuestros bordados lo hacen con tanta paciencia y cuidado, y cada puntada guarda una parte de su historia. Me encanta la idea de que con solo una aguja, hilo y habilidad, puedan crear algo verdaderamente hermoso. Creemos que cuando algo se hace a mano, con tiempo, amor e intención, tiene una resonancia que ninguna máquina podría igualar. Para obtener los mejores resultados, utilizamos hilo fino francés DMC en todos nuestros bordados.
